Quería escribir un artículo para ampliar información sobre ¿qué es biodanza en pareja? y me he encontrado con demasiados conceptos que aclarar y con un tema cuanto menos controvertido, el de la pareja.
Así que voy a reflexionar contigo hasta donde lleguemos. Quizá no nos aclaremos del todo porque creo que es un tema que, en ocasiones, nos supera a todos.
Hace poco leí un pequeño fragmento en donde se hacía referencia a un texto en el que el autor se preguntaba si ¿el amor es suficiente para construir una buena relación de pareja?, a lo que respondía que naturalmente el amor por si solo no lleva a la pareja al éxito; lograr amarse no es condición suficiente para que funcione, antes es necesario que ambos encuentren el sentido y el significado a dicha relación.
El amor de pareja se construye, no es algo que simplemente se logre por el ejercicio de estar con el otro y, que la relación funcione depende de muchísimos factores que la determinan, tales como una adecuada estrategia de comunicación, y tener claridad sobre lo que cada uno de los miembros de la pareja desea de ella.
Creo que para muchas personas el problema de las relación radica en la necesidad de ser amado y no en amar.
Es decir, se está mas atento en buscar la mejor forma de ser amado que en fortalecer la propia capacidad de amar, de hacerse dignos de ser amados.
Existe también la creencia de que amar es sencillo y que lo complicado es encontrar a quien amar; anteponiendo el ¿quién? sobre el ¿cómo?.
Se desplaza de este modo la atención hacia la búsqueda de un objeto amoroso, que encima se tiene que ajustar a los presupuestos sociales que marca el mercado. No me extraña que ha mucha gente le cueste encontrar una persona adecuada para crear una relación y que buscarla les agote.
Me parece que es el momento de diferenciar dos formas de ser en pareja que nos puede ayudar a entender las relaciones. Dos tipos:
1º “Ser para el Otro”
2º “Ser con el Otro”.
En el primer caso el yo se pierde en el otro (tú), quedando relegado a las necesidades y peticiones de este. Quién importa es el otro; éste impone un proyecto de vida que es vivenciado en pareja. La identidad del yo se pierde y toma una prestada, por tanto queda nublada la propia conciencia.
Por el contrario, en el segundo caso (ser con el otro) cada uno de los participantes mantiene su identidad y constuye una tercera persona que se llama relación. En este estado, es vital que ambos encuentren el camino de aclarar su propio proyecto de vida y crear uno entre ambos.
Cada una de estas dos opciones plantea tipos de relaciones diferentes.
Cuando el resultado es “Ser para el Otro” nos encontramos con una relación donde surgen problemas desde el principio. Aquí es donde veo la complejidad que para muchos supone alcanzar un proceso sano de convivencia. Hay muchas parejas que nollegan a ser más que dos seres en busca de una identidad propia que comparten espacios y tiempos, sin llegar a convivir . Porque convivir para mí significa “ser con otro”, es decir “adquirir la capacidad de vínculo afectivo”.
¿No será necesario para formar un nosotros tener claro mi yo? Conocerme cada día más, descubrir mi identidad propia, me ayudará a sentir que los cimientos de una relación son estables. Y desde ese conocimiento de uno mismo es cuando tenemos que esforzarnos en construir otra identidad a la que llamamos nosotros.
Entonces nos encontramos con una pareja en donde existe tanto identidad individual como conjunta, del tipo “Ser con el Otro”, ésta se centra en la confianza y la complicidad; ambos viven la seguridad y logran sentir que la pareja les potencia en su desarrollo individual.
Nos encontramos en la ecuación con, una identidad propia y con una identidad conjunta. Y me surge una nueva pregunta ¿es entonces posible llegar a vivir una relación de pareja con identidad?
Voy a darte una alegría, sí que es posible. Y para ello, ten en cuenta lo siguiente: el amor de tu vida, no se encuentra. Se construye.
Ya sabemos que no es pan comido, que no depende del amor mismo, sino de las construcciones mentales, las creencias que se han creado socialmente y de las exigencias de carácter inconsciente que las personas hacemos a nuestras parejas.
Así que, a relajarse y ánimo porque la construcción de un nosotros se hace día a día. Hablaros y escucharos. Y no dejes de regar esa hermosa planta a la que habéis dado vida. Riégala a diario con risas, miradas, contacto, palabras que acaricien, y caminares de la mano, mirando en la misma dirección.
Feliz día en pareja.
Alejandra Dotor de las Herrerías
Psicóloga (nº colegiada G-4349)
Profesora de Biodanza ( Título oficial I.B.F.)