Existen diversos tipos de dolores de cabeza. Los estudios apuntan a:
- orígenes genéticos,
- vasculares,
- Neurales,
- Musculares, cervicales, de estrés…
Aunque en realidad lo que más se conocen y lo que más le importa al paciente son sus síntomas.
Los dolores de cabeza que más se suelen encontrar en la práctica son dos:
- Cefaleas tensionales
- Y migrañas.
Las cefaleas, son dolores de cabeza que afectan a hombres y a mujeres por igual, aunque casi más hombres. Los dolores suelen ser más bien bilaterales, sobre todo en la zona de la frente, el ocipital y la zona de las sienes.
Las migrañas. Son dolores de cabeza que suelen afectar más a mujeres que a hombres. Son intensos que suelen darse en un lado de la cabeza, sobre todo en la zona de los ojos. Pueden ir acompañados de dificultad para soportar la luz, hormigueo, aurea (que es la sensación que precede a la migraña) e incluso puede haber reducción del campo de la visión. La razón de la migraña se suele dar a la irritación del nervio trigémino, par V craneal del que después hablaremos más detenidamente.
Uno de los mecanismos por los que pueden existir dolores de cabeza, por un lado, vasculares (vasodilatación y/o vasoconstricción), irregularidad del flujo sanguíneo, y por otro lado, neurálgicos; por irritación de nervios.
Tanto si hablamos de cefaleas tensionales como de migrañas, las zonas más importantes en las que se producen restricciones son:
En el cráneo, con tensión del cuero cabelludo y de la musculatura que envuelve el cráneo, rigidez y falta de movilidad de las suturas craneanas y de la articulación temporo-mandibular y falta de armonía del movimiento entre los huesos del cráneo, sobre todo del hueso esfenoides.
En los hombros, con tensión de los músculos de la zona como el supraespinoso y trapecio…
En el cuello, con tensión en los músculos, bloqueos cervicales, protusiones y hernias…
El nervio trigémino en el recorrido de su rama ascendente pasa por la escotadura esfenoidal…
Todas y cada una de nuestras experiencias de vida, que hayan afectado al estado de coordinación y armonía de movimiento del hueso esfenoides o a cualquier otro hueso del cráneo, (nacimiento con ventosas o dificultoso, caídas, tensiones reiteradas en el tiempo, presiones, estados emocionales…) afectan a cómo el trigémino pudiera estar comprimido.
En nuestra opinión, el tratamiento osteopático para estas dolencias debe ser global, puesto que tal y como muchos investigadores opinan, no son enfermedades separadas, sino que son puntos de un continuum, ya que sus síntomas pueden aparecer combinados dentro del mismo período o irse modificando a lo largo del tiempo.
Nuestro tratamiento consiste en la liberación de todos los componentes musculares y tendinosos que afectan a las zonas afectadas, masajear y estirar a través de diferentes técnicas para devolver la elasticidad, mejorar la irrigación sanguínea y por tanto el aporte de oxigeno, sustancias drenantes y analgésicos naturales inherentes en el organismo, la reestructuración del equilibrio de las articulaciones en juego, procediendo a liberar articulaciones, suturas y huesos bloqueados y facilitar la reducción del estrés y las tensiones llevando al paciente a un estado de bienestar todo esto a través de la resonancia con nuestro propio estado.
Todas las cuestiones que dificulten el riego sanguíneo,
- Empeorando la tensión muscular,
- Los estados emocionales y bloqueos articulares,
provocarán o aumentarán las probabilidades de comenzar, mantener y aumento del dolor de cabeza. Se debe recomendar al paciente controlar la ingesta de alcohol, tabaco, ciertos alimentos, estados de hipertensión arterial, estados hormonales, estrés, trabajo repetitivo o fuerte con los brazos, cansancio ocular, tramas y traumatismos…
María Garrido Garrido
Psicólogo y osteópata.
(ALBEITARIA, centro de terapias)